Regreso con una tarjeta de boda. Si lo sé, parece que ya no es tiempo de bodas pero en otoño también hay bodas. Me gusta intentar crear tarjetas de bodas diferentes, y aunque normalmente destaca el color blanco en eventos como este yo intento poner las tarjetas algo de color. En este caso el color preferido de la persona que me pidió hacerla. Verde. Como el verde verde me parecía muy fuerte opte por un tono más suave tirando a aguamarina.
El formato de tarjeta ya os lo he enseñado en otras entradas, doblando un folio en dos líneas verticales podemos crear una tarjeta de tres partes, ideal para guardar en la parte central un sobre alargado. Ya que la tarjeta deja muy a la vista la base blanca, decidí recortar el borde con un troquel como adorno integrado en la estructura.
Para hacer referencia al evento, una novia en la parte principal de la tarjeta. En el vestido añadí un poco de stickles para añadir brillo y en un lateral del panel unas perlitas de color verdoso.
El el lado opuesto de la tarjeta tres flores dos de ellas verdes y la tercera en amarillo para crear un poco de contraste.